Muchas veces cuando discutimos con un cliente sobre la selección del producto, nos referimos a suministrar un aire tan limpio y seco cómo sea posible para obtener el pico máximo de rendimiento. Por ejemplo, en los sistemas de cañerías de acero, cuándo se presenta la humedad, la herrumbre puede desarrollares de tal manera que se reduzca el rendimiento de los dispositivos de uso final cómo las herramientas neumáticas o causar problemas en un escape dónde puede aplicarse una niebla no deseada en una superficie, cómo una operación de pintado.

Típicamente, un sistema de aire comprimido instalado apropiadamente y eficientemente, incluye algunos tipos de secadores para remover cualquier humedad que pueda presentarse en el suministro.

Por qué se necesitan secadores en sistemas de Aire Comprimido

Demos un vistazo sobre los tipos de secadores disponibles.

Los secadores refrigerantes y desecantes son los dos tipos de secadores más utilizados.

Los sistemas secadores refrigerantes consisten en varias etapas. Primariamente el aire comprimido ingresa a través de un intercambiador de calor aire-aire que enfriara inicialmente el aire. Luego, avanza hacia un intercambiador aire-refrigerante dónde una fuente externa de líquido refrigerante enfría aún más el aire y lo envía hacia el separador, allí el vapor de agua condensado  es removido a través de una trampa de drenaje. Ahora que el aire se encuentra seco, vuelve al ciclo anterior yendo nuevamente hacia el intercambiador de aire-aire dónde se lo vuelve a calentar a la temperatura ambiente y descarga al sistema.

Los sistemas secadores desecantes comúnmente incorporan dos tanques que contienen un material poroso desecante que causa que la humedad se “adhiera” a su superficie (por adsorción). En estos sistemas, el aire comprimido fluye a través de un tanque, mientras que en el otro tanque se produce un “ciclo de regeneración” dónde aire (calentado o no) es soplado, generalmente a presión atmosférica, a través del material desecante para remover la humedad y secar el aire.