En una situación ideal, la admisión de su compresor de aire estaría libre de suciedad, aceite y agua. Sin embargo, en condiciones reales de trabajo, es necesario realizar un mantenimiento adecuado (es decir, limpieza y/o reemplazo periódico) del filtro de entrada, para evitar el ingreso de la mayor parte de la suciedad. Y, si bien el aceite y el vapor de agua pasarán a través de dicho elemento, pueden ser separados y/o drenados aguas abajo en el proceso.
Una vez que estos vapores han sido comprimidos (junto con todo el aire que fue aspirado), entrarán a un tanque receptor (usualmente a través de un refrigerador posterior, en el caso de compresores industriales) donde el mismo se enfría y condensa. Ante dicha situación, si este condensado no se drena, dará lugar a:
- Corrosión del tanque acumulador de acero, ocasionada por el agua estancada en el fondo del mismo; la cual generará desprendimientos de material que pueden ser arrastrados luego al sistema de distribución de aire comprimido. Asimismo con el correr del tiempo, el depósito (pulmón húmedo) quedará irremediablemente dañado debido al óxido;
- A medida que el condensado se acumule, ocupará más espacio en perjuicio de la capacidad del aire comprimido que puede almacenar; elevando el tiempo de funcionamiento de los compresores afectados a la línea, ergo la frecuencia de su mantenimiento.
Por dichas razones, incluso los compresores más pequeños cuentan con válvulas de drenaje manuales en el fondo de sus depósitos que le permiten a los usuarios purgar los mismos ocasionalmente. La pequeña cantidad de energía eléctrica que usará el compresor para recargar dichos tanques hace que ésta sea una práctica perfectamente aceptable.
Continuando con este concepto, en un contexto utópico los grandes depósitos de los compresores de aire industriales podrían drenarse de la misma forma; sin embargo, se presentan varios desafíos:
- Si bien podría establecerse realizar la tarea con una determinada frecuencia horaria, los variados niveles de humedad se traducen en una acumulación irregular del condensado. A modo de ejemplo, una purga manual semanal puede resultar adecuada en el invierno, pero es posible que deba llevarse a cabo diariamente en el verano, y con una intermitencia media durante semanas en primavera u otoño, complejizando notablemente la estandarización de una rutina de mantenimiento;
- Un operador experimentado puede desarrollar eventualmente la habilidad para cerrar la válvula de descarga inmediatamente después de que pase la última gota de condensado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se perderá cierto caudal de aire comprimido al realizar dicho proceso manualmente;
- Una práctica lamentablemente muy común, es dejar un drenaje manual abierto. Si bien es cierto que así se drena el condensado, también se genera un desperdicio enorme de aire comprimido (y consecuentemente energía eléctrica y mayor desgaste de los compresores), que se suma al resto de los usos inadecuados y demandas artificiales de la red (ej, aplicaciones caseras y fugas en las líneas), representando en promedio entre un 30 y 50% del costo total del aire comprimido que genera la planta;
- La simple desatención de la rutina manual, producto de que la persona a cargo se haya ido de vacaciones o incluso desvinculado de la empresa, podría detectarse recién cuando el personal a cargo de los compresores observe una mayor frecuencia de trabajo causada por la acumulación de condensado, restándole capacidad a los pulmones húmedos para almacenar aire;
En conclusión, si bien estos drenajes manuales son bastante comunes, especialmente en sistemas de compresores de aire más pequeños, también son frecuentes los inconvenientes mencionados que traen aparejados. Haya o no tenido una experiencia personal con alguno de estos casos, la buena noticia es que existen productos automatizados diseñados para evitar dichos contratiempos:
Las Purgas Temporizadas son una opción muy difundida y accesible de adquirir. Funcionan tal y como su nombre lo indica: un temporizador programable abre y cierra la válvula de drenaje de acuerdo con el seteo establecido. Sin embargo, su modo de operar no contempla las dos primeras problemáticas indicadas anteriormente: es decir que pueden permanecer abiertas durante más tiempo del necesario (y desperdiciar aire comprimido) o por un lapso insuficiente (y permitir que se acumule agua en el depósito). En términos generales, se ofrecen en dos configuraciones primarias:
- Válvula solenoide: el temporizador energiza la bobina de la válvula para su apertura y un resorte la cierra cuando se agota el tiempo. Debe agregarse un filtro para evitar bloqueos y realizar un mantenimiento del mismo y los sellos de válvula con determinada frecuencia para un óptimo desempeño;
- Válvula esférica: el temporizador opera un actuador eléctrico para abrir y cerrar la válvula. La amplia sección de paso de la válvula esférica y la fuerza del actuador le permite prescindir del filtro, ya que tritura cualquier sedimento presente en la línea que estuviera interfiriendo con su recorrido, por lo que requieren muy poco mantenimiento;
Las Purgas de Alta Eficiencia (también conocidas como «sin desperdicio de aire» o «de pérdida cero») se activan al acumular cierto nivel de condensado en sus respectivos depósitos. Evitan la salida del aire comprimido, ya que se cierran antes de que escape la última gota de agua. Entre las diversas opciones disponibles, vale mencionar:
- Purgas de Flotador Mecánico, el cual puede ser interno (opción estándar para filtros en puntos de uso) o externo (más utilizado en depósitos de compresores). Su funcionamiento es muy sencillo: al subir el nivel del líquido, el flotador abre el canal de desagote, y cuando éste desciende, el flotador interrumpe la salida del condensado. Si bien resultan más susceptibles a obturarse en líneas de aire comprimido muy contaminadas, puede evitarse este inconveniente agregando un tamiz filtrante previo;
Las Purgas Capacitivas Electrónicas utilizan un interruptor de láminas magnéticas o un dispositivo de capacitancia para detectar el nivel de condensado, por lo que requieren energía eléctrica;
Vale mencionar que estas Purgas de Alta Eficiencia suelen poseer un valor de adquisición más elevado que las Purgas Temporizadas y cuentan con una serie de piezas móviles que deben limpiarse y/o reemplazarse con determinada frecuencia para mantener su cierre hermético. Los kits de mantenimiento son económicos y sencillos de instalar (habitualmente se encuentran en stock para entrega inmediata) y además, la gran mayoría de los modelos de Purgas Capacitivas ofrecen algún mecanismo de control (botón mecánico en el caso de los equipos con flotador sin conexión eléctrica, y operador electrónico de testeo y/o alarma de obturación para las purgas electrónicas).
A pesar de todo lo mencionado, ya sea que posea purgas manuales, temporizadas o de alta eficiencia instaladas en las salas de compresores y tratamiento primario, tenga en cuenta que aguas abajo y de forma directamente proporcional a la longitud del recorrido, material, antigüedad de las cañerías, así como las condiciones ambientales a la que está sometida la misma, se puede ir formando cierta capa de humedad que generará eventualmente óxido y/o escala en las tuberías, con el riesgo de que ésta sea transportada hasta los puntos de uso en perjuicio de los dispositivos neumáticos allí instalados. Por ello, las buenas prácticas de ingeniería exigen un segundo tratamiento de filtrado y purgado previo a la utilización del aire.
Ante preguntas o comentarios, por favor, comuníquese con el Departamento de Ingeniería de AYRFUL:
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