Antes de adentrarnos en los fundamentos de la electricidad estática, conviene tener una base sólida sobre la composición de la materia. La base de toda la materia es el átomo. Todos los objetos están formados por materia. La materia está hecha de moléculas, que están formadas por átomos. Todos los átomos están formados por electrones, neutrones y protones. La molécula es la medida más pequeña de la materia que puede existir por sí misma y seguir conteniendo uno o más átomos.

La estructura y la forma en que estos átomos individuales y sus componentes reaccionan es la base de la teoría de los electrones. Se cree que cada componente del átomo -el protón, el neutrón y el electrón- lleva consigo una carga que también tiene una polaridad. Los neutrones tienen una carga neutra y contribuyen a la masa del átomo. Los electrones, con carga negativa, son los más ligeros y repelen a otros electrones, ya que son de la misma polaridad, se repelen entre sí. Los protones, al estar cargados positivamente, tienen una masa más pesada y generalmente son atraídos por los electrones debido a que sus polaridades son opuestas – las polaridades opuestas se atraen.